Hace ya bastante tiempo que muchos han dedicado su tiempo, a estudiar la conducta de nosotros los Venezolanos, si bien es cierto que somos gente amable, alegre, receptiva y confiada, no es menos cierto que poco a poco han mutado estas cualidades. Del Venezolano de ayer queda cada vez poco, de aquel que opinaba sin desparpajo sobre casi cualquier asunto sin polemizar demasiado, hoy tenemos un ciudadano que responde a la operación política, que perdio la cualidad de sonreir y ahora con la cara amarrada opina con caracter tecnico especializado de política internacional, de leyes, historia universal, petroléo, conspiraciones y que se yo cuantas cosas mas.
Toda esta situación deriva en una cadena interminable de "dimes y diretes", que comienza con un país que necesita que le digan lo que esta haciendo mal, que tiene problemas serios en el sistema de salud, que se le desbordo la violencia, que la intolerancia se adueño de sus calles, mas allá de la política necesitamos que como sociedad no caigamos en el irremediable "direte" en esa conducta altanera de contestar por hacerlo, de mala gana y por supuesto con las diferentes variantes de insultos.
Hoy nuestra Venezuela necesita convertirse en un país que no caiga en contradicciones con su sociedad, y una sociedad que no sea grosera con su nación, no habrá cambio posible si no reconocemos nuestras similitudes y respetamos nuestras diferencias. Ya esta bueno de tanto alboroto, de tanta violencia hablada, de tanta mala contesta y descalificaciones hacia nuestros semejantes, rescatemos al Venezolano de antes, al alegre, a quien sin importar se tomaba un segundo para ayudar a un desconocido, rescatemos nuestros valores, construyamos juntos la Patria que nos merecemos y desechemos de una vez y para siempre el "dime y el direte".
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