Aunque ya es tarde, y se no podrás leer estas líneas quiero decirte muchas de las cosas que no pude decirte, primero debo agradecer a la vida el honor de haber contado contigo, de haberte visto incontables veces sonriente, alegre, con tu palabra oportuna y tu sonrisa. Nos enseñastes que es posible amar sin distingos de raza, de credos y condiciones sexuales, que el prójimo es el hermano mas cercano que tenemos! Transmitistes paz, esperanza y millones de cosas buenas a todos los que día a día queríamos verte, escucharte y aprenderte.
Que los mismos espíritus de la sabana, aquellos a los cuales te encomendastes te acompañen en tu ascenso espiritual, hoy nosotros tu pueblo, tus soldados, tus muchachos, los mas fieles e incondicionales amigos te lloramos, pero de la misma forma agradecemos al gran arquitecto del universo que haya culminado tu sufrimiento terrenal.
Tu muerte querido amigo, es materialmente irreparable! Pero espiritualmente nos convertistes en uno solo, una avalancha de amor que hoy se desborda, como en vida te desbordastes por nosotros. El testigo es nuestro ahora, seguiremos adelante por ti y por esa mujer que tanto amastes VENEZUELA.
Mil gracias amigo, faltaran páginas de historia para contar tus verdades...
Adiós Hugo...
